LIVERPOOL, INGLATERRA — Ryan Gravenberch orquestó la crucial victoria 2-1 del Liverpool sobre el Wolverhampton Wanderers, amenazado por el descenso, anotando el gol de apertura y ayudando a los Reds, en séptima posición, a navegar un tenso encuentro en Anfield. El gol del centrocampista holandés en el minuto 41, seguido inmediatamente por el remate en contragolpe de Florian Wirtz, parecía haber resuelto el partido antes de que la respuesta de Santiago Bueno en el minuto 51 asegurara un desenlace dramático.
Los momentos decisivos llegaron en un impresionante lapso de 60 segundos justo antes del descanso. Gravenberch rompió el empate en el minuto 41, convirtiendo desde el centro del área hacia la esquina inferior derecha tras un excelente trabajo de Jeremie Frimpong por la banda derecha. Antes de que los Wolves pudieran reagruparse, el Liverpool volvió a atacar. Hugo Ekitiké filtró un pase perfectamente medido para Wirtz, quien salió disparado en el contraataque y colocó con calma su disparo de derecha más allá de José Sá desde el centro del área. El doblete de fuego rápido parecía haber quebrado la resistencia de los Wolves, pero los visitantes se negaron a rendirse.
El Wolverhampton, anclado en el fondo de la tabla con solo dos puntos de 16 partidos, demostró un admirable espíritu de lucha después del intervalo. Su persistencia dio frutos en el minuto 51 cuando Bueno capitalizó un saque de esquina, empujando el balón desde muy cerca después de que Alisson Becker salvara el cabezazo inicial de Tolu Arokodare. El peligroso centro de André había creado el caos, y Bueno reaccionó más rápido para convertir desde distancia de punto en blanco hacia el centro alto de la portería.
El Liverpool dominó el balón con un 66.6% de posesión, acorralando al Wolverhampton Wanderers durante largos períodos, sin embargo, los locales lograron solo cuatro tiros a puerta de sus 14 intentos. Los Wolves igualaron esa cifra de cuatro remates a portería a pesar de reunir solo nueve tiros totales, destacando su enfoque clínico cuando surgían oportunidades. Los visitantes cometieron 13 faltas contra las cinco del Liverpool, con André recibiendo una tarjeta amarilla en el minuto 56 por una mala entrada sobre Ibrahima Konaté.
El punto de inflexión llegó en esos frenéticos 15 minutos finales cuando los Wolves presionaron desesperadamente por el empate. Alisson produjo una salvada crucial en el minuto 74 para negar el esfuerzo de larga distancia de Mateus Mané, mientras que Tolu Arokodare estuvo cerca dos veces con remates que se fueron altos y desviados. Curtis Jones y Alexis Mac Allister trabajaron incansablemente en el mediocampo para proteger la escasa ventaja del Liverpool, con Mac Allister forzando una buena atajada de Sá en el minuto 74 durante un raro contragolpe del Liverpool. Virgil van Dijk y Konaté se mantuvieron firmes mientras los Wolves lanzaban córners tardíos, preservando tres puntos vitales.
De cara al futuro, el Liverpool viajará para enfrentar al Olympique Marseille el 21 de enero en la Jornada 7 de su campaña europea.