PARMA, ITALIA — La supervivencia fue la palabra que resonó en el Ennio Tardini cuando el Parma, en el puesto 17 y aferrándose a la salvación con 14 puntos, enfrentó a la Fiorentina, colista de la tabla, desesperada por escapar de la zona de descenso con solo seis puntos de 15 partidos. En un encuentro donde las estadísticas contaron una historia y el marcador otra, el Parma aseguró una vital victoria por 1-0 que desafió el abrumador dominio de sus visitantes.
Oliver Sørensen emergió como el héroe inesperado tres minutos después del inicio de la segunda mitad, elevándose majestuosamente en el centro del área para rematar de cabeza con potencia al rincón inferior izquierdo. El centro perfectamente medido de Mateo Pellegrino encontró al centrocampista danés sin marca, y su definición clínica hizo estallar de júbilo a la afición local. El gol llegó contra la corriente del juego, con la Fiorentina habiendo bombardeado la portería del Parma durante los primeros 45 minutos, pero fueron los locales quienes atacaron cuando más importaba.
El momento decisivo despertó una urgencia renovada en la Fiorentina, que lanzó oleada tras oleada de ataques en busca del empate. Moise Kean estuvo agonizantemente cerca en el minuto 69, enviando un disparo de derecha alto y desviado desde el lado derecho del área durante un peligroso contraataque. Albert Gudmundsson, la chispa creativa de la Fiorentina, puso a prueba repetidamente la determinación del Parma, obligando a Edoardo Corvi a realizar una espectacular atajada en el minuto 90 desde la distancia. La influencia del mediapunta islandés fue evidente durante todo el partido, pero el pase final eludió consistentemente a sus compañeros.
La batalla táctica mostró filosofías contrastantes. La Fiorentina controló el 58.4% de la posesión, acorralando al Parma durante largos tramos, mientras que los locales se replegaron y buscaron explotar espacios al contraataque. Mandela Keita y Adrián Bernabé trabajaron incansablemente en el mediocampo para el Parma, interrumpiendo el ritmo de la Fiorentina con un posicionamiento inteligente. Alessandro Circati dirigió la línea defensiva magníficamente, ganando duelos aéreos cruciales contra la presencia física de Kean. Pero fue Corvi quien realmente destacó, produciendo cuatro atajadas vitales para mantener a raya a la Fiorentina.
Las estadísticas pintaron un cuadro de completo dominio de la Fiorentina. Los visitantes lanzaron 23 disparos a portería comparados con los 13 del Parma, pero lograron solo cuatro al arco—una condenatoria acusación de su despilfarro frente al gol. A pesar de 13 intentos, el Parma logró solo dos al arco, pero su eficiencia clínica en el momento decisivo demostró ser la diferencia. Niccolò Fagioli y Cher Ndour controlaron el tempo del mediocampo para la Fiorentina, pero la incapacidad de su equipo para convertir la posesión en goles los dejó con las manos vacías.
El punto de inflexión llegó en el minuto 90 cuando Corvi produjo un momento de brillantez, lanzándose bajo a su izquierda para negar el esfuerzo curvo de Gudmundsson. Esa atajada, junto con la tarjeta amarilla de Marin Pongračić por una falta desesperada momentos después, resumió la frustrante tarde de la Fiorentina. Los visitantes lanzaron todo hacia adelante durante 10 minutos de tiempo añadido, pero la determinación defensiva del Parma se mantuvo firme. Benjamín Cremaschi y Milan Djurić fueron introducidos tarde para ayudar a asegurar la victoria, añadiendo piernas frescas para proteger la escasa ventaja.
De cara al futuro, el Parma viajará para enfrentar al Sassuolo el 3 de enero, mientras que la Fiorentina recibirá a la Cremonese el 4 de enero.